lunes, 6 de junio de 2011

CARTA DEL JEFE INDIO DE LOS SWAMISH AL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS

Hace tiempo durante una clase analizamos, la carta del indio Seattle al presidente de los Estados Unidos, una  bella declaración sobre el medio ambiente, en ella se pone de manifiesto uno de los principales problemas de la globalización (tema que hemos tratado en esta ultima unidad), ya que esta acentúa la degradación del medio y aumenta el riesgo de conflictos centrados en la competencia por los recursos naturales cada vez más escasos. Además se critica la forma de obtención de estos recursos por parte de los países occidentales, que usando la fuerza, para conseguir su propósito.




A continuación, voy a hacer una reflexión

El presidente de los Washington, Franklin Pierce, envía una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos.


El Gran Jefe Blanco de Washington manda a una tribu india saber que nos quiere comprar las tierras, con  buena voluntad. Pero también  sabemos que poca falta le hace su amistad, debido que aun sin tenerlo los rostros pálidos les arrebataran las tierras utilizando sus peligrosas armas de destrucción.                                                                                                                                                                                   
 Pero esta idea le resulta muy extraña al jefe indio ¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?
                                                                                                                                                                 

 Para los pieles rojas cada pedazo de esta tierra es sagrado. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados.                                                                                                                             
 Pero para el hombre blanco su tierra de origen no es algo sagrado, y para ellos es un instrumento para enriquecerse.  Los indios jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Porque ellos se consideran parte de la naturaleza y esta es parte de ellos. Las flores perfumadas son sus hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son sus hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.                                                                                                                                                                    
Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Washington manda decir que desea comprar su tierra, pide mucho para los pieles roja. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para todos.  Si les venden estas tierras, el hombre blanco deberá recordar que esta es sagrada, y que deben cuidarla y no destruirla como han hecho con la mayoría de las suyas, es decir que esta siga estando intacta, que en ella la naturaleza se desarrolle con total normalidad como ha ocurrido hasta ahora.
                                                                                                                                                                  

  Por lo tanto, los indios van a meditar sobre la oferta de comprar nuestra tierra, debido a que por las buenas o por las malas el hombre blanco conseguirá hacerse con su poder. Para la venta de estas, el hombre blanco deberá respetar una condición, este deberá tratar a los animales de esta tierra como a sus hermanos.

Todos deberíamos aprender de los ideales de esta tribu, ya que ellas buscan en bien universal. Ya que ellos tratan la naturaleza como un ser vivo que para su continuo disfrute deben respetar. Debido a que si el hombre blanco sigue tratando la naturaleza como hasta ahora, lo vamos a destruir todo, no debemos pensar solo en la forma de sacar beneficios de esta, porque también debemos pensar en las futuras generaciones que también tienen derecho a disfrutar del mundo. Por ello como dijo el filósofo M.Serres se debería crear un contrato entre el hombre y la naturaleza que beneficiase a ambos, que elevaría a esta la condición de sujeto con derechos. Con este contrato se generarían unos derechos y deberes, donde se nos permite extraer los recursos necesarios para la vida, pero exige respetarla para asegurar su continuidad.


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